Biografía

Jesús Javier Gómez Alonso (Pato) nació el 1952 en Bilbao, la ciudad más grande del País Vasco. Gernika, otra ciudad del mismo país, sufrió en 1937 el primer bombardeo aéreo contra población civil por parte de la aviación nazi, el cual se puede contemplar en la reproducción del cuadro de Picasso que Pato tenía en su comedor. Cuando tenía trece años, Pato conoció a su amigo Ramón Flecha y más tarde a Iñaki Santacruz; pronto se implicaron en el movimiento clandestino contra la dictadura de Franco. En 1972, varios amigos fueron expulsados de una exclusiva escuela universitaria de negocios por su participación en el movimiento democrático y se mudaron a Barcelona. Pato se casó y tuvo un hijo (Aitor). Durante la transición política, Pato, miembro del sindicato anarquista CNT, fue el representante de los trabajadores y las trabajadoras en el hospital donde trabajaba como administrador y lideró un movimiento para su transformación en una institución de salud pública.

En 1992, después de trabajar en varias empresas, decidió hacer un cambio fundamental en su vida. La amistad y el amor fueron sus motivaciones; decidió renunciar a una posición ventajosa en el ámbito empresarial para cumplir sus sueños. Conoció a su esposa Lídia Puigvert; estableció una cercana amistad con Paulo Freire y empezó a vivir con sus amigos Iñaki y Ramón. También conoció a amigos como Donaldo Macedo, Nita Freire, Basil Bernstein, Henry Giroux, Henry Levin, Ulrich Beck, Joe Kincheloe, Shirley Steinberg, y Peter Mc Laren. Empezó a dar clases en la Universidad de Barcelona e hizo muy buenas amistades en el Departamento de Métodos de Investigación en Educación. Pato fue uno de los miembros principales del centro de investigación CREA, donde creó un programa de investigación sobre el amor, además de hacer investigación y acción social con el pueblo gitano, desarrollar la metodología comunicativa de investigación y contribuir a la construcción del proyecto educativo transformador “Comunidades de Aprendizaje”.

En unos pocos años produjo una literatura interesante, parcialmente traducida al inglés. En el artículo “¿Por qué a los Romà (el pueblo gitano) no les gustan las escuelas payas? Voces de un pueblo sin territorio” (Harvard Educational Review, 2003, 73, 4, 559-590), tenemos un ejemplo de los resultados transformadores de hacer investigación ‘con’ en lugar de “sobre” el pueblo gitano. En “Teoría Sociológica Contemporánea” (Peter Lang, New York, 2003), se muestra la utilidad para la acción social de su aproximación dialógica a las teorías sociales. Su contribución clave a la metodología comunicativa de investigación se encuentra en el libro “Metodología comunicativa crítica” (Roure, Barcelona, en prensa). Su aportación al análisis del amor también está publicada en el libro “El amor en la sociedad del riesgo” (Roure, Barcelona, 2004).

En 2003 Pato tuvo un cáncer de pulmón. Se le descubrió y eliminó rápidamente. Su programa de investigación sobre el amor era entonces una de las bases utilizadas por SAFO (el grupo de mujeres de CREA) para desarrollar su trabajo sobre la prevención de la violencia de género. SAFO ha realizado estudios sobre la violencia de género en los institutos y también los dos primeros estudios en España sobre violencia de género en las universidades, financiados por los institutos de la mujer catalán y español. También participa en la Plataforma Catalana contra la Violencia de Género. Simultáneamente, CREA como grupo y cuatro de sus miembros (Pato, Lidia, Ramon y Rosa Valls) empezaron a recibir ataques que produjeron mucho dolor. Pato no pudo tener la paz que necesitaba para su recuperación, a pesar de que una campaña internacional de solidaridad con CREA le daba mucha esperanza.

En octubre de 2005 se le encontró una metástasis en el hígado. Aunque los doctores decían que no se podía hacer nada y que moriría en dos meses, Pato y sus amigos lucharon y consiguieron diez meses de alegría y amor. En Boston recibió los cuidados de amigos como Donaldo Macedo, Lilia Bartolomé, John Comings y Rima Rudd. Lidia se quedó embarazada y Pato siempre estaba hablando de su nueva hija. Pato quiso morir en casa, con sus amigos y sin dolor, y lo consiguió. Los dos últimos días y noches quiso tener a Lídia y Ramón a la vista en todo momento.

Pato murió el 8 de agosto de 2006, a las nueve de la mañana. El día 7 de agosto, cuando apenas podía hablar, a veces abría los ojos y decía “hola guapa”, mirando a Lídia, con la que llevó a la práctica, hasta el final, su propuesta de revolución del amor. La noche anterior estuvo hablando mucho con Ramón sobre recuerdos de lucha, amistad y amor que siempre estarán con nosotros y nosotras. Después de la ceremonia en Barcelona, la gente está hablando mucho de tener siempre los sueños de Pato entre nosotros y nosotras, de luchar siempre por la igualdad, la solidaridad, la amistad y el amor. Se dispersaron sus cenizas en San Juan de Gaztelugatxe, un precioso lugar de la costa vasca que simboliza el amor entre Lídia y Pato.

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