Acto de Homenaje en Bilbao

2.9.2006

La misa se celebró en la parroquia de San Francisco Javier junto a su familia y amistades de toda la vida.

cuartilla

Palabras de su hijo Aitor

Pato ha sido y continuará siendo una persona única para todas y todos nosotros. Los miles de recuerdos que tenemos de él, sus ilusiones y las reflexiones que nos provocaba para mejorar nuestras vidas nunca se apagarán, irán a más. Su vida siempre ha estado marcada por sus amistades, la solidaridad, el amor y los sentimientos y así es como se ha ido, rodeado de sus mejores amigas y amigos, con mucho amor y con los sentimientos a flor de piel.

Quien ha conocido a Pato sabe que era algo más que divertido y gracioso, era pura vida. Tenía una chispa que le hacía diferente, tenía duende. Su modo altruista de entender la vida le llevó en ocasiones a pasar malas épocas, pero en los últimos 14 años alcanzó finalmente la vida que siempre soñó disfrutar. Desde su época estudiantil quiso ser profesor de universidad y vivir con sus mejores amigos y así ha sido en estos últimos años. Daba clases en un departamento donde encontró muy buenas amistades y vivía con sus mejores amigos de la infancia. Trabajó en un centro de investigación que le entusiasmaba. Durante estos mismos años encontró a una mujer de la que ha estado enamorado cada día más y más, ha cumplido hasta el final lo que decía, que el siglo XXI tenía que ser el de la revolución del amor.

Su manera de compartir sentimientos hacía que las personas que estaban a su alrededor cambiasen y mejorasen día a día. Pero ha sido él, sin lugar a dudas, la persona que conozco que más ha cambiado y mejorado en estos últimos años. Los últimos días en casa tuvo presente en cada momento recuerdos especiales de su infancia y adolescencia en Bilbao, donde siempre le recordaremos.

Es igual el cómo, lo importante es tener en mente siempre a personas como Pato, que nos hacen mejorar como personas. Para mi ha sido más que un padre y un amigo.

Lectura de la biografía de Pato que será publicada en un libro editado por Shirley Steinberg y Donaldo Macedo

Jesús Javier Gómez Alonso (Pato) nació el 1952 en Bilbao, la ciudad más grande del País Vasco. Gernika, otra ciudad del mismo país, sufrió en 1937 el primer bombardeo aéreo contra población civil por parte de la aviación nazi, el cual se puede contemplar en la reproducción del cuadro de Picasso que Pato tenía en su comedor. Cuando tenía trece años, Pato conoció a su amigo Ramón Flecha y más tarde a Iñaki Santacruz; pronto se implicaron en el movimiento clandestino contra la dictadura de Franco. En 1972, varios amigos fueron expulsados de una exclusiva escuela universitaria de negocios por su participación en el movimiento democrático y se mudaron a Barcelona. Pato se casó y tuvo un hijo (Aitor). Durante la transición política, Pato, miembro del sindicato anarquista CNT, fue el representante de los trabajadores y las trabajadoras en el hospital donde trabajaba como administrador y lideró un movimiento para su transformación en una institución de salud pública.

En 1992, después de trabajar en varias empresas, decidió hacer un cambio fundamental en su vida. La amistad y el amor fueron sus motivaciones; decidió renunciar a una posición ventajosa en el ámbito empresarial para cumplir sus sueños. Conoció a su esposa Lídia Puigvert; estableció una cercana amistad con Paulo Freire y empezó a vivir con sus amigos Iñaki y Ramón. También conoció a amigos como Donaldo Macedo, Nita Freire, Basil Bernstein, Henry Giroux, Henry Levin, Ulrich Beck, Joe Kincheloe, Shirley Steinberg, y Peter Mc Laren. Empezó a dar clases en la Universidad de Barcelona e hizo muy buenas amistades en el Departamento de Métodos de Investigación en Educación. Pato fue uno de los miembros principales del centro de investigación CREA, donde creó un programa de investigación sobre el amor, además de hacer investigación y acción social con el pueblo gitano, desarrollar la metodología comunicativa de investigación y contribuir a la construcción del proyecto educativo transformador “Comunidades de Aprendizaje”.

En unos pocos años produjo una literatura interesante, parcialmente traducida al inglés. En el artículo “¿Por qué a los Romà (el pueblo gitano) no les gustan las escuelas payas? Voces de un pueblo sin territorio” (Harvard Educational Review, 2003, 73, 4, 559-590), tenemos un ejemplo de los resultados transformadores de hacer investigación ‘con’ en lugar de “sobre” el pueblo gitano. En “Teoría Sociológica Contemporánea” (Peter Lang, New York, 2003), se muestra la utilidad para la acción social de su aproximación dialógica a las teorías sociales. Su contribución clave a la metodología comunicativa de investigación se encuentra en el libro “Metodología comunicativa crítica” (Roure, Barcelona, en prensa). Su aportación al análisis del amor también está publicada en el libro “El amor en la sociedad del riesgo” (Roure, Barcelona, 2004).

En 2003 Pato tuvo un cáncer de pulmón. Se le descubrió y eliminó rápidamente. Su programa de investigación sobre el amor era entonces una de las bases utilizadas por SAFO (el grupo de mujeres de CREA) para desarrollar su trabajo sobre la prevención de la violencia de género. SAFO ha realizado estudios sobre la violencia de género en los institutos y también los dos primeros estudios en España sobre violencia de género en las universidades, financiados por los institutos de la mujer catalán y español. También participa en la Plataforma Catalana contra la Violencia de Género. Simultáneamente, CREA como grupo y cuatro de sus miembros (Pato, Lidia, Ramon y Rosa Valls) empezaron a recibir ataques que produjeron mucho dolor. Pato no pudo tener la paz que necesitaba para su recuperación, a pesar de que una campaña internacional de solidaridad con CREA le daba mucha esperanza.

En octubre de 2005 se le encontró una metástasis en el hígado. Aunque los doctores decían que no se podía hacer nada y que moriría en dos meses, Pato y sus amigos lucharon y consiguieron diez meses de alegría y amor. En Boston recibió los cuidados de amigos como Donaldo Macedo, Lilia Bartolomé, John Comings y Rima Rudd. Lidia se quedó embarazada y Pato siempre estaba hablando de su nueva hija. Pato quiso morir en casa, con sus amigos y sin dolor, y lo consiguió. Los dos últimos días y noches quiso tener a Lídia y Ramón a la vista en todo momento.

Pato murió el 8 de agosto de 2006, a las nueve de la mañana. El día 7 de agosto, cuando apenas podía hablar, a veces abría los ojos y decía “hola guapa”, mirando a Lídia, con la que llevó a la práctica, hasta el final, su propuesta de revolución del amor. La noche anterior estuvo hablando mucho con Ramón sobre recuerdos de lucha, amistad y amor que siempre estarán con nosotros y nosotras. Después de la ceremonia en Barcelona, la gente está hablando mucho de tener siempre los sueños de Pato entre nosotros y nosotras, de luchar siempre por la igualdad, la solidaridad, la amistad y el amor. Se dispersaron sus cenizas en San Juan de Gaztelugatxe, un precioso lugar de la costa vasca que simboliza el amor entre Lídia y Pato.

Tornar enrere

Videos, Slideshows and Podcasts by Cincopa Wordpress Plugin