Experiències amb el Pato

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Marcos Castro Sandúa
Promoció 2000-2001, Magisteri – Educación Física

Yo quería ser profesor y en el segundo curso de Magisterio ya me empezaban a hacer mella los discursos grises y tristes que tanto abundan sobre lo difícil que es ahora dar clase. Es que ahora los niños, es que la escuela, es que los padres…

Entonces llegó Pato y lo cambió todo. Entró el primer día a clase con ese andar tan suyo, que parece que siempre va canturreando, y nos dijo: Yo soy Pato. ¿Pero quién es este tío?, me preguntaba. ¿Cómo se puede llamar “Pato” un profe de la universidad? Bueno, ya sabéis esas cosas únicas del Pato. Genio y figura. Como cuando en la mitad de esa primera clase, después de hablar en castellano casi una hora, de repente soltó: Bueno, i ara començo els meus cinc minuts de català y continuó la clase en su personalísimo catalán, como si nada, mientras todas y todos nos partíamos de risa.

Pero Pato iba mucho más allá de estos momentos desternillantes. En esa misma clase, nos explicó un tema tan denso e iluminador como el de los paradigmas como si fuera una fiesta: El Schütz, el Mead, el Habermas…Y, claro, su Paulo Freire. Éste es el más importante, recalcaba una y otra vez. Cuando ya estábamos todos y todas alucinando con la riqueza de aquella clase, empezó a hablar de las Comunidades de Aprendizaje. Y allí se junta el padre, la madre, la tía, el otro…

Y entonces Pato me cambió la vida. Nadie como él para transmitir y contagiar la ilusión de un proyecto tan ilusionante. Ese día Pato empezó a llenar de alegría, de luz y de sentido mi vida profesional… y a ayudarme muchísimo también en mi vida personal.

Supongo que a muchas y muchos os ha pasado lo mismo, en mayor o menor medida. Porque de Pato emanaba un rugido de vida, unas enormes dosis de generosidad y mucha sabiduría. Para el trabajo, para el amor, para la vida… Pato me ayudó a abrir los ojos… y a llenarlos de brillo.

                    Siempre aúpa.

Magda Estaban
Magisteri

En segundo de magisterio, Pato vino no se si a sustituir al profe titular o ya era un tema pactado des del principio, el caso es que apareció un día en clase, entró sin un papel y estuvo una hora y media hablando y compartiendo sus ideas y sus inquietudes con todos/as nosotros/as. Fue muy curioso porque durante el descanso, en lugar de irse aun rincón como separándose de la “plebe” que es a lo que nos tenían acostubrados/as el resto del profesorado, siguió con nosotros/as charlando sin más.  

Fue tanta la proximidad que no dudé en hacerle una consulta respecto a un trabajo que estaba haciendo y que me tenía preocupada porque el profe titular pese a que en un principio me animó a hacerlo, en aquellos momentos y como pasa habitualmente no me hacía ni caso. Le comenté a Pato el tema y me dio algunos consejos. Pero terminó su parte y volvió el profe titular. Yo entregué mi trabajo y cuando fui a recoger la nota, me encontré con que ni siquiera se había mirado el trabajo. La excusa fue que como la decisión de hacerlo había sido mía, que en ningún caso lo hubiera tenido en cuenta para la nota y tenía mucho trabajo pues que lo había hojeado y que estaba más o menos bien. O sea que ni siquiera se lo había mirado.

Ese mismo día mientras estaba en el bar, con el trabajo en la mano vi pasar a Pato y corrí detrás de él. Le expliqué lo que había pasado y le dije que me gustaba mucho la investigación y que me había quedado con las ganas de saber qué estaba bien i donde fallaba. Sin pensarlo me dijo que le pusiera mi número de móvil en la tapa y se quedó con el trabajo. Qué pensé? Que me había quedado sin trabajo y que seria surrealista que obtuviera alguna respuesta. ¡Todavía no conocía a Pato! porque una semana después, mi móvil sonó y escuché su voz diciéndome: ¡insensata! Hay que mejorarlo pero tienes madera, pásate por mi despacho y te comento… Y otra cosa, el curso que viene pilla la optativa de investigación! Cuando colgué, no me lo podía creer! Un profe que sólo estuvo unos días en clase, que no tenía por qué mirarse ese trabajo y no sólo se lo había mirado si no que se había tomado la molestia de ponerse en contacto conmigo y comentármelo.

Ni que decir que a partir de ese momento Pato fue y sigue siendo mucho más que un profe.

 

Marta Soler Balcells
Educació Social

Vaig tenir la sort (i repeteixo la sort! perquè de personas especials costa trobar-ne!) de conèixar al Pato a la Universitat. Només era una assignatura, la de mètodes d’investigació, però va arrelar fort entre tots els que compartíem clase amb ell.

Ell aprofitava cada oportunitat de la classe per educar, per llançar missatges, però no només amb la paraula sinó, en el que és important, en la seva amnera de fer: en l’alegria que tenia al donar una classe, en el fomentar el diàleg entre els alumnes, en animar-nos a provar les coses, a ser agosarats/des, a fer-nos reflexionar, en aribar a acords de professor-alumne, a desviure’s per nosaltres… I això no era un dia (perquè ell estigués de bon humor) sinó un dia rere l’altre. I això era el que més ens agradava…

Puc dir, i encra que sembli estrany, que tot i no haver passat gaire temps al seu costat, el Pato ha estat una de les persones que més m’ha marcat!! Guardo una foto seva que ens van donar a l’habitació… Vull dir que hi penso sovint i quan les coses em van malament (o les veig malament) penso l’alegria que desprenia i en com encararia ell una situació difícil. I sempre arribo a la conclusió que ell tenia raó….  

Jordi Martínez (Heavy)

Tenía 20 años cuando conocí a Pato, de eso hace ya 20 años, y puedo asegurar que me marcó para toda la
vida.

Fue en la primera empresa en la que trabajé (Aston de ediciones, cuyo logo era un león, supongo que sabréis que aparte de sus estudios y amigos otra de sus grandes pasiones era el Athletic Club), él fue mi primer jefe, aunque no quiero referirme a Pato con otro calificativo que no sea el de un amigo. He trabajado en 6 empresas diferentes después de haber trabajado con él y nunca me he encontrado tan identificado como con Aston pues esa empresa estaba llena por completo de su espíritu, por cierto creo que nunca he trabajado tan intensamente. Su tema de conversación favorito era como y de qué manera nos relacionábamos con otras personas, así que aunque pasados algunos años seguimos caminos diferentes en nuestras vidas, tenía tan marcado dentro de mi su forma de ser que cuando encontré a la persona que se ha convertido en mi media naranja (aún lo es) no pude por menos que presentársela y ese fue un gran día para mí. Otro gran día para mí fue el día 12 de Marzo de 2003 (probablemente Pato estaba enfermo y yo no lo sabía; nació mi hija y ese mismo día cogí mi móvil y llamé a 3 ó 4 personas a las que darles una noticia tan importante, eran 3 ó 4 personas que quería que compartieran mi alegría y aunque hacía 3 años que no veía a Pato, él fue una de esas personas.  

Firmo como “Heavy” porqué era así como me llamaba Pato.  

Un abrazo para Aitor y compañía y un beso para Ainara que espero sea tan bella como sus padres.

Sandra Racionero

En abril del 2007 estuvimos Itxaso, Javi y yo en Chicago, en el congreso de la AERA, la American Educational Research Association. Allí nos encontramos con los amigos y amigas de Pato vinculados a la pedagogía crítica en Estados Unidos y algunos y algunas, como Pato, amigos y amigas personales de Freire. A la primera persona que vimos fue a Donaldo Macedo, que daba una conferencia en el grupo dedicado a Paulo Freire dentro de la AERA. Después de la sesión de Donaldo Macedo, donde hizo referencia a la obra crítica de Pato y de Ramón, fuimos a cenar con él y otros amigos y amigas de Pato, entre ellos y ellas, Joe Kincheloe, Shirley Steinberg y Peter Mc Laren. También había otras personas que habían conocido a Pato cuando un verano estuvieron un grupo de personas de CREA haciendo una estancia de investigación en Harvard, con Tere.

Nunca olvidaremos esa cena. Casi todo el tiempo se habló de Pato. Era increíble escuchar a Shirley y Donaldo como hablaban de él. No paraban de repetir lo único que era Pato, y lo que siempre les había impresionado por su humanidad, su pasión, su amor y su coherencia. Donaldo recordaba, (como hizo el día anterior mientras tomamos un café con otras dos personas vinculadas a Harvard), lo revolucionario de cómo Pato entendía y vivía el amor. Enfatizaba que lo de Pato no era un discurso, sino una forma de vida en la que Pató llevaba a la práctica, cada día, la revolución del amor. Donaldo insistía en la profunda coherencia de Pato, a todos los niveles, y como esa coherencia se notaba cuando Pato hablaba de amar. Muchos de los recuerdos sobre Pato que Donaldo compartió en la cena estaban relacionados con Freire. Era Pato y Freire, Freire y Pato, todo el tiempo… Donaldo recordaba momentos que había compartido con ellos, donde Pato y Freire hablaban sobre amor radical. Era increíble escuchar a Donaldo hablar de Pato… se notaba tanto la profunda amistad y la admiración hacia Pato…

Recuerdo las caras de las chicas de Boston, que lo habían conocido cuando Pato estuvo allí aquél verano. Escuchaban entusiasmadas, y también compartieron algún recuerdo sobre Pato. Una de ellas, que había coincidido muy poco con él, decía que fue suficiente para quedarse impresionada por toda la alegría y la vida que derrochaba. También recuerdo otra chica, que no tuvo la oportunidad de conocerle, como también escuchaba muy atentamente todo el tiempo, y cómo miraba, y hacia el final de la cena comentó que ojalá le hubiera conocido.

Aquella cena me hizo sentir muy fuertemente hasta dónde Pato había llegado, a todos los niveles, científico y humano, en personas de todo el mundo. También sentí muchísimo el amor de sus amigos de Estados Unidos… y cómo Pato había influido en sus vidas. También me hizo pensar mucho en el nivel tan profundo al que se entendían Pato y Freire.

Antes de marchar de Chicago comimos de nuevo con Donaldo, y la comida giró en torno a Pato, y así, sobre el amor. Hasta hablamos de amor con la camarera latina que nos atendió… Era como si Pato estuviera allí! De hecho, estuvo todo el tiempo. Donaldo compartió en esa comida que él tenía a Pato a la altura de Freire.

El año siguiente, en el congreso de la AERA del 2008 en Nueva York, fue Aitor quien habló en el SIG de Paulo Freire. Ese año, el SIG de Freire dedicó su conferencia principal a Pato. Aitor, junto con Nita Freire y Shirley Steinberg, habló de las contribuciones científicas y de la persona de Pato. Había mucha atención en la sala. Y la revolución del amor volvió a recorrerlo todo…

 

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